TRAYECTORIA GENERAL DEL SIGLO XIX

A PARTIR DE 1808 Hispanoamérica busca ansiosamente su independencia, por la oposúbditos de América y favorecido por las ideas ilustradas. En 1828 la independencia es un hecho, y así el Romanticismo hispanoamericano convive y hasta se ve fomentado por el espíritu patriótico, fruto de la emancipación.

LITERATURA Y POLÍTICA
Con frecuencia el escribir se concibió como un instrumento propagandístico, de protesta social, redentora y hasta didáctica. Esto lo exacerbó sobremanera el Romanticismo.
El caso de figuras reclamadas por los hispanoamericanos como parte de su patrimonio nacional y literario, tales como Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento, ambos presidentes de Argentina y escritores.

PRESENCIA DE LA TRADICIÓN HISPÁNICA
No se trataba ya de olvidar cuanto recordase el dominio español, sino además, y sobre todo, de romper con las viejas ataduras del neoclasicismo.
Los modelos del Romanticismo llegaron en buena parte a través de un tamiz españolizado, favorecido por  la cercana presencia española en Cuba y Puerto Rico y por el trasiego de intelectuales entre América y la antigua metrópoli.

LOS CONTINUADORES DE LA TRADICIÓN
La continuidad con respecto al neoclasicismo se personificó en líricos solemnes como el venezolano Rafael María Baralt (1810-1860).

LA NUEVA ONDA CULTURAL
El gran conducto de la irradiación francesa se situó en Buenos Aires, cabeza de un área en donde la influencia colonial había sido ciertamente más débil que en otras zonas y, por ello, desde siempre volcada a una fascinación por lo europeizante.



LA EXIGENCIA DE AMERICANISMO
Aunque nacieran las diversas nacionalidades, los círculos ilustrados permanecieron atados casi desde el primer momento de la independencia a lo que se ha llamado americanismo: un término que pasó a designar la toma  de conciencia de una realidad propia y común.

EL INDIGENISMO
Preciso es reconocer que le Romanticismo tuvo en América un signo ideológico distinto que en el Viejo Continente: mientras los románticos europeos ensalzan al individuo por encima de la organización social que lo oprime, los representantes  más destacados  del credo romántico hispanoamericano

LAS DIVERSIDADES CULTURALES
En el Plata, la consideración del indígena rezuma hostilidad. Tanto Esteban Echeverría, como Domingo Sarmiento o José Mármol, tres figuras centrales del Romanticismo argentino, muestran al indígena como arquetipo de la barbarie y la deshumanización, ,muy lejos del ideal “buen salvaje” de Rouseeau.

UNA TENTATIVA DE COMPRENSIÓN HISTÓRICA
La excepciones más notables a este cuadro las depararon, paradójicamente, un argentino, Lucio Victorio Mansilla (1831-1913), y un uruguayo, Juan Zorrilla de San Martín ( 1855-1931 ).

EL DESPLAZAMIENTO DEL INDIANISMO POR EL INDIGENISMO
Al conjunto de significaciones tan diferentes que introdujo un giro pronunciado en la visión del indígena.
EL ROMANTICISMO EN HISPANOAMÉRICA
Al  haber prendido con fuerza tan indeleble, el Romanticismo estuvo lejos de desaparecer ante los nuevos movimientos renovadores que comenzaron a presionar en las etapas finales del s. XIX: realismo y naturalismo, simbolismo y modernismo.

LA ADAPTACIÓN ROMÁNTICA AMERICANA
El nacionalismo y la búsqueda de lo originario; incluyó el nacionalismo lingüístico según se ha visto, más certero en la insistencia que en los hallazgos  verdaderos. La identificación de cambio literario y transformaciones sociales y políticas.
No es de extrañar, por tanto, que fuera la narrativa el género literario más fecundo, mientras la poesía era las más de las veces descuidada cuando no infravalorada.
El más ilustre fue el del cubano José Martí ( 1853-1895 ), el líder de la causa independentista contra España y máxima figura literaria de la isla en el s. XIX. Su infatigable actividad política de dejó demasiado poco tiempo para culminar la elaboración de la prosa romántica.

LA PROPAGACIÓN DEL ROMANTICISMO
El Romanticismo pudo contener tanto potencial revolucionario como conservador y cristiano.
Desde  la Asociación de Mayo fundada por Echeverría, escuela política-literaria,  el Romanticismo irradió en círculos concéntricos no sólo en el Plata, sino en el continente. Desterradas  por le régimen de Rosas, los románticos argentinos diseminaron su credo y sus libros hacia Uruguay, Chile, etc. Sin embargo, en otros países su impulso se conjugo con el de las escuelas nacionales que empezaron a brotar por doquier.

LAS ESCUELAS ROMÁNTICAS NACIONALES
El campo literario los albergó Colombia, con una promoción de excelentes poetas:  Julio Arboleda, Gonzalo de Oyón y José Eusebio Caro.
En Ecuador, Perú y Bolivia, el Romanticismo cuajó más tardíamente, cuando ya había alcanzado su plenitud en las naciones vecinas. En México, confluyó con un esfuerzo de nacionalismo a toda costa, orientado a superar la anterior etapa de decadencia literaria con la “mexicanización”  de la literatura, tal como la defendían los románticos congregados por la Academia Letrán.

PROPA ROMÁNTICA
Un haz de prosistas notables dejaron libros difíciles de clasificar, mezcla de literatura de ficción, ensayo, panfleto, ideológico y estampa de costumbres. Dignas de mención son El Matadero, de Echeverría, comentada con anterioridad, y Facundo. Civilización y Barbarie.
El argentino Domingo Faustino Sarmiento ( 1811-1888 ), pedagogo, ensayista, político y literato, definió él mismo su obra, engarzada sobre el retrato de un caudillo gaucho local, de la siguiente manera: “No es ni historia, ni biografía, ni novela, ni sociología: es la visión de un país por un joven ansioso de actuar desde dentro como fuerza transformadora”. Escrita en el exilio, huyendo de Rosas ( el Facundo era en última instancia un alegato contra el dictador ).



LA PROYECCIÓN DE SARMIENTO
El ángulo de visión de Sarmiento formulaba con precisión por vez primera un dilema destinado a repetirse en Argentina y en el marco hispanoamericano. Si la fuerza elemental desatada, del gaucho estaba condenada a desaparecer en aras del progreso, no por ello dejaban de ejercer un permanente fascinación su primitivismo, su energía bárbara, su defensa de la independencia a ultranza del individuo.

LA NOVELA HISTORICA
La novela histórica abundó efectivamente en el propósito de empresa patriótica, de alentar en cada país los respectivos orgullos nacionales mediante la fragua literaria de una tradición heroica.

LAS VARIANTES DEL GÉNERO
Con la novela del Fidel López recibió su espaldarazo la constante del pirata, erigido por el Romanticismo en símbolo de la libertad.
El acoso de los pueblos precolombinos por los españoles suministró materia d algunas novelas apreciables: La cruz y espada ( 1866 ), del mexicano Eligio Ancona.
Muy  por encima de los numerosos cultivadores del género hay que situar a un uruguayo, Eduardo Acevedo Díaz ( 1851 – 1921 ). Trascendiendo lo anecdótico y coyuntural, logró una pintura fiel de la sociedad de la Banda Oriental.

LOS COMIENZOS DEL COSTUMBRISMO
La novela histórica tuvo desviaciones insospechadas en Chile con Alberto Blest Gana ( 1830-1920 ).
El análisis de las capas medias, su única medida del dinero, sus conflictos con la oligarquía hegemónica y con los desheredados, presidieron sus restantes obras, situadas ya en el marco coetáneo del escritor.
Blest Gana preanunció el injerto del realismo ( había sido muy influido por el novelista Balzac en Francia ) en el transcurso de las etapas posrománticas.
Los romances trágicos de los protagonistas, que encuentran en el amor la tabla de salvación frente a las crueldades y asperezas del mundo, fueron virtuosos hasta lo ejemplarizante.


LOS ARQUETIPOS DE LA NOVELA SENTIMENTAL
El primer ejemplo del género fue la antes mencionada Soledad ( 1847 ), del futuro presidente de Argentina y estimable historiador Bartolóme Mitre ( 1821-1906 ). Pero como títulos perdurables quedaron María ( 1867 ), del colombiano Jorge Isaacs ( 1837-1895 ), Clemencia      ( 1869 ), del mexicano Ignacio Manuel Altamirano ( 1834-1893 ) y Amalia ( 1851-1855 ).
La más valiosa literariamente fue María, que intercaló cuadros costumbristas, rebajó un tanto la idealización del paisaje y recreó con fina sensibilidad el idilio de personajes de carne y hueso.

LAS RAMIFICACIONES DEL INDIANISMO
A medias entre la novela sentimental y la indianista puede situarse Cumandá o un drama entre salvajes, del ecuatoriano Juan León de Mera ( 1832-1894 ): a notar sus espléndidas descripciones de la selva en que desarrolló la historia de los amantes, entre los primitivos jíbaros.

LA NOVELA DEL CARIBE
En esta área geográfica la literatura revistió una caracterización especifica, al ponerse generalmente al servicio de la causa nacional contra el yugo español. Quien mejor encarnó los presupuestos resultantes fue el puertorriqueño Eugenio María de Hostos ( 1839-1903 ). Como en el caso de José Martí, su agitada vida de luchador apenas le dejo tiempo para la dedicación a breves relatos líricos y a una novela. La peregrinación de Bayrán ( 1863 ). Replanteó de alguna manera el dilema de los pensadores argentinos entre civilización y barbarie.
En la causa emancipadores la abolición de la esclavitud  ( uno de los fundamentos del régimen español ) era una parte inexcusable de cualquier programa. Floreció así una novela antiesclavista cubana: Francisco ( publicada en 1880, pero escrita en 1838 ).

OTRAS VERTIENTES DE LA PROSA
Al ecuatoriano Juan Montalvo ( 1832-1889 ) correspondió la máxima dignificación de la literatura polemista  ( léase política ), conjuntamente con González Prada, y la cima del ensayo: Siete tratados ( 1882 ), que rescataron la tradición humanista clásica, y los capítulos que se le olvidaron a Cervantes.
Ricardo Palma ( 1833-1919 )  puso broche de oro al Romanticismo arraigado tardíamente en Perú con sus series de Tradiciones peruanas ( 1872-1883 ).
Los seguidores de las tradiciones como género fueron legión en el continente, empezando por la misma compatriota de Palma citada a propósito de la novela indianista, Clorinda Matto de Turner ( Tradiciones cuzqueñas, 1884-1886 ). Pero distaron de alcanzar los resultados de su iniciador.

LA LITERATURA COSTUMBRISTA
Algunos de los poetas de mayor valía se han ido desgranando al aquilatar la trayectoria de la literatura hispanoamericana desde diferentes puntos de vista. El hilo que partiendo de Heredia y Bello enlazó a Echevarría, Caro, Mármol, Gutiérrez González, lo apuntaron un puñado de líricos próximos  a remontar  la medianía del verso americano hasta el último cuarto del s. XIX.

BREVE LÉXICO GAUCHESCO
ARRASTRAR EL ALA: Galantear.
ATORRANTE: Vagabundo, mal entretenido.
BAQUIANO: Hombre práctico y diestro en algo.
CALLE: Camino.
CARNEAR: Matar y descuartizar las reses, para aprovechar su carne.
CHAPETON: Inexperto, poco diestro en algún oficio. / Novato.
CHARQUI: Tasajo. También puede ser sin sal o dulce, solamente carne seca.
CHINA: Mujer joven del campo.
CHUPAR: Beber mucho licor.
DESGRACIARSE: Cometer un homicidio o delito grave.
FIERRO: Asador.
GARGUERO: Garganta.
GATO: Músico y baile criollo popular de movimiento rápido.
GAUCHO: Jinete de la Pampa, hombre diestro en ganadería.
MALAMBO: Baile para hombres solos.
MAMARSE: Estar borracho.
MONTONERA: grupo de gauchos guerrilleros.
PAISANO: Hombre del campo.
PAMPERO: Viento frío y seco que corre en dirección suroeste.